RESUMEN
La topofília es el conjunto de relaciones emotivas y afectivas que unen al hombre con un determinado lugar. En este breve artículo se analiza la relación que el escritor suizo C.F. Ramuz mantiene con el paisaje de su país, y particularmente con su montaña. Una visión que rompe con la idea romántica de los paisajes alpinos de autores como J.J.Rousseau. Ramuz nos muestra el poderío y la fuerza de una naturaleza salvaje, fascinante e indomable.
El ser humano ha presentado siempre una tendencia natural a convertir el "espacio" en "lugar". El establecimiento de lazos emotivos sólidos y afectivos con el territorio confiere una cierta estabilidad al individuo y a la sociedad. El sentimiento de amor que cada individuo desarrolla hacia el espacio que lo ayudo a auto-construirse como ser humano es lo que se conoce con el nombre de Topofilia1, neologismo introducido por el profesor Yi-Fu Tuan en la década de los 70. No se trata únicamente del amor que todos sentimos, sino de un rasgo importante dentro de nuestra identidad y a esa identidad es a la que denominamos "identidad espacial". La topofilia se define entonces como el vínculo afectivo que se establece entre los seres humanos y su entorno material y, en particular, con respecto a ciertos lugares y entornos. Apoyándome pues en esta teoría, quisiera hablarles en esta intervención de la relación emotiva y afectiva que une al escritor Charles Ferdinand Ramuz con su montaña y, de lo que ésta representa en su obra.
[...]
Artículo publicado en:
Paisajes reales e imaginarios. Estudios sobre el paisaje en la literatura, el pensamiento y las artes. Edición a cargo de Pilar Andrade, Aurora Conde y Bárbara Fraticelli. Coordinación científica: Javier del Prado y Eugenia Popeanga. Octubre 2007, ISBN: 84-96322-17-3, Editorial La Discreta, Madrid, formato CD-ROM. Más información en www.ladiscreta.com/paisajes.htm
La topofília es el conjunto de relaciones emotivas y afectivas que unen al hombre con un determinado lugar. En este breve artículo se analiza la relación que el escritor suizo C.F. Ramuz mantiene con el paisaje de su país, y particularmente con su montaña. Una visión que rompe con la idea romántica de los paisajes alpinos de autores como J.J.Rousseau. Ramuz nos muestra el poderío y la fuerza de una naturaleza salvaje, fascinante e indomable.
El ser humano ha presentado siempre una tendencia natural a convertir el "espacio" en "lugar". El establecimiento de lazos emotivos sólidos y afectivos con el territorio confiere una cierta estabilidad al individuo y a la sociedad. El sentimiento de amor que cada individuo desarrolla hacia el espacio que lo ayudo a auto-construirse como ser humano es lo que se conoce con el nombre de Topofilia1, neologismo introducido por el profesor Yi-Fu Tuan en la década de los 70. No se trata únicamente del amor que todos sentimos, sino de un rasgo importante dentro de nuestra identidad y a esa identidad es a la que denominamos "identidad espacial". La topofilia se define entonces como el vínculo afectivo que se establece entre los seres humanos y su entorno material y, en particular, con respecto a ciertos lugares y entornos. Apoyándome pues en esta teoría, quisiera hablarles en esta intervención de la relación emotiva y afectiva que une al escritor Charles Ferdinand Ramuz con su montaña y, de lo que ésta representa en su obra.
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Artículo publicado en:
Paisajes reales e imaginarios. Estudios sobre el paisaje en la literatura, el pensamiento y las artes. Edición a cargo de Pilar Andrade, Aurora Conde y Bárbara Fraticelli. Coordinación científica: Javier del Prado y Eugenia Popeanga. Octubre 2007, ISBN: 84-96322-17-3, Editorial La Discreta, Madrid, formato CD-ROM. Más información en www.ladiscreta.com/paisajes.htm
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