viernes, 4 de diciembre de 2009

Maurice Chappaz: un poeta incomprendido al servicio de la naturaleza

RESUMEN

En una época en la que la palabra “ecología” carecía de derechos y resultaba molesta, en un país en el que se sacrificaban ciertos valores a los intereses de la especulación, el escritor suizo Maurice Chappaz será uno de los primeros autores en dar la voz de alarma, convirtiéndose por ello en un profeta incomprendido. Ante los desperfectos provocados por el turismo, el saqueo de las tierras, la especulación inmobiliaria, el que un día fuera poeta de la belleza de los Alpes, se siente obligado a expresar su repulsa y su dolor, convirtiéndose así en un escritor comprometido. Sus poemas abandonan las estanterías de la biblioteca para mezclarse con los problemas de la sociedad, Chappaz va a decir lo que piensa. Chappaz va a conmover a la sociedad valaisanne, va a sacudir el mundo político y económico de la época, y sobre todo, va a luchar por salvaguardar el paisaje alpino que tanto afecciona, preservando de este modo una parte importante de la identidad de su cantón.
En esta comunicación analizaremos una de sus obras más polémicas, Les Maquereaux des Cimes Blanches, desde una perspectiva ecocrítica. Chappaz utiliza su pluma para denunciar el impacto medioambiental que ocasiona el progreso desenfrenado en su región natal, contribuyendo a la idea de que la literatura debe ser también vehículo de ideas y sobre todo de valores. El entorno «natural» ha dejado de ser un simple marco y se ha convertido de algún modo en el protagonista principal de su relato.


Maurice Chappaz: un poeta incomprendido al servicio de la naturaleza


El amor que Maurice Chappaz siente por la naturaleza le convierte ante los ojos de los demás en un ser original, casi marginal. En su poema-panfleto Les Maquereaux des Cimes blanches se enfrenta contra los inversores inmobiliarios y demás especuladores de la montaña valaisaine. ¿Su objetivo?, desacreditar el honor de los funcionarios y de los políticos corruptos de la época, utilizando para ello un estilo agresivo y difamatorio. La respuesta por parte de la prensa no se hace esperar y a las críticas le sucede una consistente “avalancha” de insultos. Tras la primera edición del poema, en el diario Nouvelliste de Sion (27 de marzo de 1976) se le califica de «Incohérence, platitude, absence totale d’émotion, antipatriotisme, myopie intellectuelle, calomnie… Répugnant produit d’un cerveau en mal de sensation… Chose innommable… Imagination usée, maladive… Pas la moindre petite lueur d’amour… Grimaces de clown désarticulé… Le Valais a sa gangrène et son cancer, c’est Maurice Chappaz». O esta otra, fechada dos días más tarde «La montagne a accouché d’une petite bête puante… Fils de bourgeois… Sourd et aveugle à l’époque humaine… Il s’agit ici d’une affaire strictement valaisanne… » (Chappaz : 1995, 97). Su grito desesperado ante el atropello inmobiliario ocasionará al poeta un sinfín de problemas.


Esta obra está dedicada a todos aquellos que luchan por continuar siendo libres y, como Farinet, se mantienen al margen de un mundo gobernado por el dinero, el progreso y la modernidad “A tous ceux qui dans ‘le Progres’ ont restés loyaux”. En una época en la que la palabra “ecología” carecía de derechos y resultaba molesta, en un país en el que se sacrificaban ciertos valores a los intereses de la especulación, Chappaz fue uno de los primeros en dar la voz de alarma, convirtiéndose por ello en un profeta incomprendido. Raros fueron aquellos que, en los momentos más difíciles, se atrevieron a darle su apoyo; entre ellos, cabe destacar a los estudiantes del Collège Saint-Maurice cuya audacia quedó reflejada en las rocas que dominan el colegio, dónde escribieron con enormes letras un Vive Chappaz que, a día de hoy, puede contemplarse todavía. También algunos diarios y periódicos como el Journal de Sierre o Le Conféderé le gratificaron respectivamente con palabras como estas: «Il avance par ruades poétiques, à coups de vérités en pleine figure…»; «Un cri qui dérange… Chappaz en visionnaire voit la catastrophe et veut y résister… La langue de Chappaz se ramasse autour des mots pour mieux sauter à la gorge de ceux qui jouent aux cartes le pays » (Chappaz : 1995, 97).

Chappaz nos cuenta el fin de una época y de una forma milenaria de vida en su Valais natal «nous étions faits pour de modestes paradis entre vignes et neiges» (Chappaz; 1995: 63). A través de los recuerdos, el poeta intenta reconstruir el mundo campesino de principios del siglo XX, la belleza de los espacios habitados (les fermes, les mayens, les sources), la vida del campo, cuando pastores y campesinos vivían todavía en completa armonía con el paisaje. Los sentidos son el medio utilizado por el escritor para evocar el otro mundo. Dotan a los recuerdos de alma y sirven para restablecer ese vínculo perdido con el pasado. Los olores, por ejemplo, tienen el poder de evocar vívidamente recuerdos cargados de emoción relativos a acontecimientos y escenas del pasado (Tuan; 2007: 21). [...]
 
El artículo completo se podrá consultar próximamente en las Actas del Congreso "Littératures nationales : suite ou fin. Résistances, mutations et lignes de fuite". Porto, 2-3/12/2009.

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