domingo, 18 de julio de 2010

NATURE WRITING

La nature writing, o escritura de la naturaleza, es un movimiento literario de origen tradicionalmente americano. Tratar de definirlo puede resultar un ejercicio arriesgado. Se articula en torno a libros de autores que toman la naturaleza como tema principal. Sin embargo, no se trata únicamente de describir la naturaleza, sino de cuestionar las relaciones que el hombre mantiene con el medio natural que le rodea. Además de analizar cómo la inmersión o el contacto prolongado con el “wilderness” nos aporta algo más sobre la relación que mantenemos con la vida. En los relatos más emblemáticos, el escritor se interna en solitario en lo más profundo de una naturaleza hostil y grandiosa, de la que sale completamente transformado: de este modo, consigue fundirse con ese mundo natural para, a continuación, ofrecérselo al lector.

Reducir, sin embargo, la nature writing a esta dimensión iniciática sería un tremendo error. Además de observar y describir con detenimiento y rigurosidad el entorno natural, y narrar de manera autobiográfica sus aventuras, el escritor añade consideraciones personales y reflexiones filosóficas fundamentalmente destinadas a devolver la naturaleza al lugar que le corresponde. La mayor parte de los especialistas remontan esta tradición literaria a Henry David Thoreau. Pero a pesar de que las descripciones sobre la naturaleza están muy presentes y detalladas, no son considerados libros científicos, documentos o reportajes. Ensayos de Historia natural, estudios de terreno, panfletos ecologistas o relatos de aventura tienden a veces a confundirse con la nature writing. Tampoco debemos equivocarnos reduciendo la escritura de la naturaleza a una simple dimensión puramente “ecologista” o “naturalista”, aunque ésta se encuentre evidentemente muy presente. La dimensión literaria resulta fundamental en estas obras. Definimos entonces la nature writing como la combinación de una forma (la literatura) y de un tema (la naturaleza).

Este movimiento literario se encuentra firmemente reconocido en los Estados Unidos: la publicación de numerosas antologías, libros, relatos, así lo confirma. Además se imparte como asignatura en todas las universidades. No existe equivalente alguno en Europa. Conocemos escritores que han viajado, explorado y recorrido enormes distancias fuera de sus fronteras, pero no se puede comparar con el relato de viajes. Aunque efectivamente ambos comparten una sensibilidad común, la escritura de la naturaleza no se interesa por esa dimensión viajera. El escritor de la nature writing describe a menudo el entorno inmediato, su realidad más cotidiana. Si no encontramos un equivalente europeo es simplemente porque en Europa ya no queda vestigio alguno de “naturaleza”. En países como Francia o Inglaterra existe lo que se denomina “campiña”, pero no es una naturaleza intacta (a excepción quizás de la alta montaña o del mar). Estos decorados ideales de montañas, bosques, praderas y otros cañones, que el cine ha contribuido también a popularizar (recordemos películas como Bailando con lobos, Colmillo Blanco o El último Mohicano), son característicos de una topografía específica que sólo se halla en el norte de América.

Entre los autores más representativos de este género literario figuran, además de H. D. Thoreau, John Muir, John Burroughs, Mary Austin, Rachel Carson, Aldo Leopold, Edward Abbey, Barry Lopez, Annie Dillard y Rick Bass, entre otros. Uno de los estudios más influyentes sobre este género es The Environmental Imagination. Thoreau, Nature Writing, and the Formation of American Culture de Lawrence Buell, o el de Alain Suberchicot Littérature Américaine et Écologie. Esta tradición de la nature writing, basada en la representación no antropocéntrica de la naturaleza, ha tenido, como demuestra Buell, una influencia considerable en los inicios del movimiento ecocrítico. Buell privilegia este tipo de género de no-ficción más representativo de la «imaginación medio ambiental» (environmental imagination) de los escritores, arriesgándose con ello a reducir el proyecto ecocrítico a un corpus de obras muy limitado. La nature writing sólo es una parte importante del análisis ecocrítico, pero no el único.

Para hacerse una idea de la riqueza de este movimiento literario, se sugieren a continuación una serie de obras claves y autores representativos de este género literario. Comenzamos con Walden; or, Life In the Woods. On the Duty of Civil Disobedience, la obra más emblemática de H. D. Thoreau (1817-1862). Relata la experiencia personal del escritor en comunión perfecta con la naturaleza. Thoreau decidió alejarse del mundo y vivir varios, bastantes meses en soledad, a orillas del lago de Walden, cerca de la ciudad de Concord en Massachussets. Predicó el regreso a la simplicidad y a la naturaleza. Actualmente se le considera el padre y abuelo de muchos movimientos: de la ecología, de los hippies, de la resistencia pacífica y la desobediencia civil. Thoreau fue, sobre todo, un ecologista y un libertario avanzado. Las cosas que escribió por entonces están hoy tan vigentes como en su día. Fue un visionario, porque ciento cincuenta años antes, cuando en su país no había problemas de contaminación ni de densidad de población, él ya los había entrevisto. A finales de los años 1860, la “trascendental” visión de la naturaleza popularizada por Thoreau y sus contemporáneos inspiró a una generación de conservacionistas que presionaron en favor de la protección de los sistemas naturales, que habría de llevar al establecimiento del parque de Yellowstone en 1872. Aunque el merecedor del título de “padre del sistema de parques nacionales” es John Muir (1838-1914), el más famoso e influyente naturalista y ambientalista de los Estados Unidos. Travels in Alaska es su obra más representativa, basada en las expediciones que realizó a partir de 1879 por esa tierra recientemente adquirida por los Estados Unidos y por entonces totalmente inexplorada y virgen. Su vida fue una lucha constante a favor de la creación de parques nacionales como los de Yosemite, Sequoia, Mount Ranier, Petrified Forest y Grand Canyon. Enseñó la importancia de la experiencia directa y la protección de la naturaleza. Sus palabras aumentaron la percepción del mundo natural y su vida sigue siendo una inspiración para los ambientalistas en todas partes.

Otra figura insoslayable en la formación del pensamiento naturalista de la naturaleza salvaje es Aldo Leopold (1887-1948). Este científico americano alcanza la celebridad con la publicación póstuma de su libro A Sand County Almanach and Sketches Here and There . Este libro tiene dos partes claramente diferenciadas. En la primera Leopold relata con una sencillez y dulzura inefables sus vivencias naturalistas siguiendo el devenir de las estaciones: la llegada de la primavera, las diferentes clases de aves (era un experto y reputado ornitólogo), la vida en el bosque, la nieve, el viento, los incendios, el suave movimiento de las plantas en las grandes praderas y la ventisca en invierno. En la segunda parte del libro desarrolla su pensamiento, apuntando unas ideas sumamente sencillas, casi “inocentes”, pero de una lógica absoluta y radical en la aceptación de las leyes de la naturaleza. Leopold formula propuestas como aprender a “pensar como una montaña”, o “la ética de la tierra”. Realiza una cerrada defensa de los espacios vírgenes, de la imperiosa necesidad de su preservación para el ser humano y de la obligatoriedad de la protección de la naturaleza. La tesis de fondo del autor (que ha nacido en un continente con una naturaleza aún virgen y que es testigo de la revolución nuclear) es la necesidad de una revolución humana, donde la preservación de la naturaleza sea una ley fundamental y donde el hombre adapte su sistema de vida al ritmo de la naturaleza. Leopold observa que la evolución de la sociedad industrial, que degrada la tierra, la naturaleza y el hombre es en el fondo un fracaso de la modernidad, lo analiza con rigor y propone la creación de una “ética de la tierra”. El hombre pertenece a la tierra como un elemento más de ella y ha de aprender a relacionarse con ella desde una perspectiva no destructiva ni parasitaria.

Entre los autores más modernos detacamos a Edward Abbey, considerado el padre de la nature writing contemporánea. Su libro Desert solitaire: A Season in the Wilderness (1968) se ha convertido en una obra culta de esta literatura de grandes espacios. Su fuerza evocadora y la concisión de su estilo son dos de las principales características de este texto. Indian Creek Chronicles: A Winter Alone in the Wilderness, la obra maestra de P. Fromm, brilla por su sencillez: un hombre joven e inconsciente se convertirá en el guardián de una casa aislada en lo más profundo de las montañas Rocosas, durante todo un invierno. No ocurre nada importante o especial en el relato, pero muchas cosas son dichas de forma indirecta. Pero eso es también la nature writing. Unas veces, abandona esos senderos solitarios para orientarse hacia la novela policiaca como en The man who walked to the moon (1997) de Howard McCord, que narra el incansable ascenso, durante cinco años, de William Gasper a la Luna, una montaña en pleno corazón de Nevada, mientras un personaje misterioso sigue sus pasos. Otras veces, se vuelve más filosófica, como en Pilgrim at Tinker Creek (1974) de Annie Dillard - premio Pulitzer, 1975- en la que la autora describe los acontecimientos naturales que tienen lugar durante sus paseos (el deslizamiento del viento, la fricción de la hierba, la agitación temblorosa de una onda en la superficie del agua, el presuroso avance del insecto, el cruel festín de la rana o el perezoso vuelo del pájaro), anotando sus reflexiones personales sobre el transcurso de la vida, su fragilidad y la existencia de Dios. Holdfast (1999), de Kathleen Dean Moore, nos ofrece una colección de relatos instructivos en los que apoyándose en la observación de fenómenos naturales se cuestionan las nociones de distancia y separación, para reflexionar sobre el lugar que ocupamos cada uno de nosotros dentro de la naturaleza y entre nuestros semejantes. Otros títulos retendrán seguramente la atención de los lectores más aventureros como Dances With Trout, de John Gierach, o The Hidden West, de Rob Schulteis.

Enumerar a todos y a cada uno de los autores y obras de este género sería una tarea imposible en este breve artículo. De ello nos damos cuenta enseguida al introducir el término nature writing en las librerías on-line más importantes de internet (aparecen más de 20.000 entradas). Nuestro propósito ha sido definir y dar algunas pautas al lector para descubrir este género, todavía poco conocido en nuestro país, además de proponer algunas lecturas iniciáticas. Esperamos haberlo conseguido.





Bibliografía citada



Abbey, Edward (1968). Desert solitaire: A Season in the Wilderness, Ballantine Books Inc., 1994.

Aldo Leopold. A Sand County Almanach and Sketches Here and There. London: Oxford University Press Inc, 1968.

Buell, Lawrence. The Environmental Imagination. Thoreau, Nature Writing, and the Formation of American Culture, Harvard University Press.

Dean Moore. Kathleen Holdfast The Lyons Press, Globe Pequot (hardcover, paperback) 1999.

Dillard, A. (1974) Pilgrim at Tinker Creek, Harper Perennial, 2007.

Fromm, Pete. Indian Creek Chronicles: A Winter Alone in the Wilderness, Picador USA, 2003.

Gierach, J. Dances With Trout, Simon & Schuster, 1995.

Hubbell, Sue. A Country Year: Living the Questions, Houghton Mifflin, 2001.

McCord, Howard. The Man Who Walked to the Moon, St. Martin's Griffin, 1994.

Muir, J. Travels in Alaska, BiblioBazaar, 2007.

Schultheis, Rob. Hidden West, Random House Inc, 1982.

Superchicot, Alain. Littérature Américaine et Ecologie, L’Harmattan, 2002.

Thoreau, D.H. Walden; or, Life In the Woods. On the Duty of Civil Disobedience, Signet Classics, 2004.


Artículo publicado en la Revista NERTER, Especial Ecocrítica, nº 15-16. Verano-Otoño 2010. INSS 1575-8621. Universidad de La Laguna.

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